Representación de la diversidad

La vida de Bojji no ha sido fácil: debido a un contrato sobrenatural que firmó su padre, nació con una serie de características que, a juicio de las personas que le rodean, lo incapacitan para ser el sucesor del rey, y vive bajo la obligación de demostrar constantemente su valía.

La gente que lo ama no confía en su potencial, por lo tanto, han ejercido sobre él un rol de extrema protección, que no les ha permitido observar la agencia de este adolescente, ni la forma diferente en que se relaciona con el mundo.

Hay que agregar que, sin mala intención, tampoco han procurado realizar las adecuaciones necesarias para que Bojji pueda mostrar su fuerza e inteligencia, pues constantemente se le mide con parámetros normativos (y capacitistas).

De este modo, el mangaka Sōsuke Tōka introduce a uno de los protagonistas más entrañables del anime actual: el príncipe Bojji, de Ōsama Ranking (Ranking of Kings), cuya primera temporada (de 23 episodios) fue producida por WIT Studio y estrenada en octubre de 2021.

Bojji no es el primer personaje divergente del manganime, en verdad hay toda una tradición de diversidad bajo diferentes enfoques en estas narrativas: héroes que parecen olvidar sus limitaciones

físicas o neuronales, adolescentes buscando recuperar sus cuerpos arrebatados por alguna maldición, y perspectivas más realistas, en las que deben enfrentar las dificultades asociadas a sus propias situaciones, pero también al medio, muchas veces hostil o indiferente, en el que transcurren sus vidas.

Ōsama Ranking está dirigida a adolescentes a partir de los 12 años (demografía shōnen).

Ha sido una de las historias que más he disfrutado en los últimos tiempos. En principio, me llamó la atención el estilo limpio y redondeado de los personajes y escenarios, tan similar al anime de los años 80 con el que empecé esta querida afición.

Ya en el segundo episodio, comprendí que me haría enfrentar situaciones de mucha crueldad e injusticia, y que lloraría a mares.

Aunque, en general, va desarrollándose a un ritmo mesurado y hay diálogos largos y profundos, posee niveles de violencia bastante fuertes, que no siempre vienen asociados a batallas épicas, por lo tanto, no habrá adrenalina suficiente para amortiguar el dolor de las pérdidas.

Pero deja lecciones invaluables. 

A esto, le sumo una motivación personal: Tōka, el creador, era un oficinista normal hasta que, a los 41 años, decidió dedicarse por entero a su pasión y obsequió al mundo esta preciosa historia. Así que, ya saben: nunca es tarde.